sobra de cabeza y brazos de mujer

Las desigualdades de género en el ideario cultural

Un sistema social se conforma en base a sus valores culturales o interpretado de otra manera, el ideario cultural  de una sociedad se basa en sus valores. El mantenimiento del sistema cultural, pasa por un proceso de generación, trasmisión, fomento y consolidación de saberes, creencias y pautas de conducta que son compartidas por todas las personas que forman parte de la sociedad y sirven para relacionarse entre ellas.

Así, los valores fundamentales que sustentan la conservación de un grupo social, se trasmiten de generación en generación, se fomentan威而鋼
, adaptándolos a las nuevas situaciones, al contexto temporal, se consolidan, validándolos y asumiéndolos como verdaderos y únicos para un correcto funcionamiento del engranaje social y se crean nuevos valores que apoyen los aprendidos y que favorezcan la estabilidad.

Desde esta perspectiva, se entienden tantos años de lucha para cambiar el sistema patriarcal en el que nos encontramos inmersos/as y que se apoya y defiende la desigualdad entre mujeres y hombres desde la vertiente teórica, hasta hacer operativos los valores intrínsecos al propio funcionamiento de este sistema social.

Para cambiar los cimientos en los que se apoya un modelo vital, es necesario intervenir en cualquiera de los puntos del proceso: evitar la transmisión y el fomento de ideales que nacen de poner a la mujer en una posición desfavorecida respecto al hombre, trabajar para interrumpir la generación de nuevos valores que apoyen a los ya tradicionalmente machistas y que suponen una gran lacra para todas y todos, y consolidar la creencia de una sociedad igualitaria, como única realidad posible y alcanzable.

Interpretando mensajes

¿Están realmente tan arraigadas las desigualdades de género en nuestra cultura?

Ponerse las gafas de género supone ver más allá, entender, comprender e interpretar la información que nos llega superando la propia percepción. Por tanto, tener una visión de género infiere hacer un ejercicio de abstracción que debe ser educado y entrenado. No es sencillo, constituye un esfuerzo que al principio genera el desarrollo del pensamiento autocrítico y posteriormente de crítica social; este proceso debe ser asumido por todas y cada una de las personas que deciden involucrarse y hacerse partícipes de forma activa en la lucha social contra la desigualdad de género.

Desde este punto de vista, encontramos múltiples ejemplos que nos sirven para visibilizar la construcción y el mantenimiento de valores de desigualdad arraigados en el ideario cultural.

Evaluamos el consumo de productos que van educando nuestras mentes y van conformando nuestra manera de actuar; en definitiva valoramos los mensajes que recibimos a través de los productos que consumimos a lo largo de las distintas etapas del desarrollo cognitivo, que van desde la infancia hasta la adultez.

La infancia es la etapa que se define por la adquisición de valores, creencias y normas provenientes del exterior, de una manera inicialmente imitativa. La etapa vital que alcanza hasta los 6 años, se caracteriza por una heteronomía: la voluntad se rige por reglas externas (ausencia de autonomía), lo que supone un momento favorecedor para el adiestramiento y la instrucción.

La personalidad empieza a formarse según las características del temperamento van siendo confrontadas a la realidad, adquiriendo patrones de comportamiento y maneras de ver mundo y formándose el carácter.

Y en esta etapa, ¿qué producto es el estrella desde hace algunos años? Suzanne Woolcott, diseña en 2010 Gorjuss (traducción de preciosa): ¿qué vemos? una niña sin boca, por tanto sin voz; sola, con postura pasiva, inactiva, actitud contemplativa. Cumple los estereotipos de la feminidad. Pero esto no es nuevo; encontramos ejemplos anteriores de productos que perduran: Yuko Shimizu creó a Hello Kitty en 1974.

La adolescencia supone una etapa compleja, marcada por procesos de cambio. Aumenta el número de entornos en los que la persona participa, así como el número de personas con las que interactúa, es por ello un momento crítico para desarrollar los valores sociales. El/la adolescente busca una identidad propia a la vez que necesita sentirse parte de la comunidad y del mundo. Es por tanto, la etapa en la que se configuran y asientan las principales bases de la personalidad.

¿Cuáles han sido las películas más vistas en los últimos años por los/as adolescentes? La saga “Crepúsculo” y “Tres metros sobre el cielo” (como producto nacional). Algunos de los mensajes que trasmiten son: la chica, desde su rol femenino de sumisión total, en el ideal del romanticismo, abandona su vida por su amor, e incluso literalmente muere por él. El chico la vigila, invade completamente su espacio introduciéndose en todos los ámbitos y no permitiéndola tener intimidad, la aparta de sus amigos/as, familia, la posee y destruye lo que era ella (su ser en sí mismo) antes de conocerle.

En la madurez ya está definida la estructura que enmarca los principios determinantes de cómo es una persona. Es difícil que aparezcan transformaciones, salvo que suceda algún acontecimiento muy relevante que empuje a la persona a realizar cambios en su manera de entender el mundo.

Las series españolas que más han consumido las personas adultas en los últimos años han sido “Aquí no hay quien viva”, “Aida” y “La que se avecina”, donde las conductas machistas aparecen de forma continua e incluso se permiten mofarse de situaciones vejatorias donde se humilla a la mujer (y a distintos colectivos). Desde una perspectiva de género, el análisis, de múltiples programas de gran audiencia que invaden la televisión, nos daría para escribir la “Enciclopedia de la vergüenza nacional”.

Valladolid, 21 de febrero de 2019

Esther C. González Alonso

Coordinadora del centro juvenil de orientación para la salud de la liga española de educación y cultura (CEJOS Valladolid)

 

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